
Como definición de corrupción podemos encontrar tantas como queramos, más o menos académicas, más o menos sensatas, pero en lo que coinciden es en su fundamento, aprovecharse de una posición publica para poder beneficiarse ilícitamente uno mismo, o a terceros allegados al funcionario público corrupto. Pero no nos equivoquemos, la corrupción no es solo aquella que sale en los medios de comunicación, la corrupción de funcionarios públicos a cambio de dinero o regalos, sino también aquella que nos acompaña a diario, aquella que, sin apenas darnos cuenta, usamos para conseguir el favor de alguien para una plaza mejor en el hospital, un adelanto en la fecha de una operación, una posición mejor en una fila, un que se tramite antes nuestro expediente que el del vecino.
Todas estas cuestiones son las que la cultura define como licitas o ilícitas, la cultura de una sociedad es la que permite ver tales diferencias que, lo que en un lugar del mundo es lo normal, como el ofrecer un regalo a cambio de un favor en China, sea visto como un acto de pequeña corrupción en otro. La cultura de la nación, tal y como se estudia pro ciencias como la antropología, muestra el camino que ha tomado una determinada sociedad a la hora de definir sus comportamientos como normales o no.
La justicia no se libra de esta criba social de lo que es definir, y sufrir, la corrupción. Pero no por ello se ha de poder meter en el mismo saco a todos. La justicia es lenta, cierto, faltan medios, humanos y tecnológicos, que permitan que esta funcione de manera correcta y fluida para poder imponer con todo el rigor las penas y castigos a aquellos que se han burlado del sistema para su propio beneficio, ya sea en abuso de su posición publica como actores privados que igualmente se han aprovechado. Pero, lo que ha de quedar claro es que la corrupción, sea cual sea su formato, es intolerable. Supone una quiebra de la confianza, no solo en quien se supone está para la defensa de los derechos de los ciudadanos, sino también una quiebra en la confianza en el sistema que se supone que nos protege y otorga el Estado del Bienestar.